La buena noticia se encuentra este martes en las salinas de Alicante. Allí un grupo de científicos han localizado un pigmento que evita que crezcan células malignas cancerosas.
El llamativo color rosa de las salinas de Santa Pola, y muchas otras lagunas saladas, es generado por el pigmento que produce un microorganismo de nombre bacteriorruberina. Hasta ahora, desconocíamos una de sus cualidades: es un potente agente anticáncer que paraliza el desarrollo de las células tóxicas.
Es la conclusión a la que llega el grupo de investigación de Bioquímica Aplicada de la Universidad de Alicante (UA). Se han analizado células aisladas de diferentes tipos de cáncer de mama en ensayos “in vitro” y se ha comprobado la eficacia del pigmento.
Aún quedan años por delante hasta que pueda ponerse en uso, pero es un gran avance en la lucha contra el cáncer con compuestos naturales. Lo que podría evitar los efectos secundarios de tratamientos más agresivos como la quimioterapia o la radioterapia. Además, posee una actividad antioxidante casi 300 veces superior a la de otros antioxidantes y podría utilizarse como tratamiento de otras enfermedades como la diabetes.
Este pigmento lo producen, las 'arqueas halofílicas', con el fin de protegerse del sol y se hallan tanto en las salinas de Santa Pola como en la laguna de Torrevieja y en las salinas situadas en el interior de la provincia de Alicante.
El hallazgo ha sido publicado en la prestigiosa revista de Nature Scientific Reports, se inició con el desarrollo de la tesis doctoral de Micaela Giani, del grupo de investigación de Bioquímica Aplicada de la UA.
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